Sunday, March 12, 2006

Capítulo I

Aquí está la primera entrega de lo que recoge en su diario un imaginario personaje que vive el triunfo de la “esperanza popular” en un imaginario futuro en un imaginario país.


El triunfo de un seductor “partido de la esperanza popular” en un hipotético futuro.

“Día 1. No hay nada como el sabor del triunfo. Contra todos los torpes intentos de detener la marcha ascendente de nuestro candidato, el gallo García, hemos llegado a la meta. Todos los medios de comunicación, incluidos los rabiosamente anti-gallistas, han admitido la victoria del Partido de la Esperanza Popular (PEP). El pequeño margen de ventaja que nos reconocen los resultados oficiales refleja que la victoria real fue arrolladora…, ya se sabe las triquiñuelas de las que son capaces los políticos azules y bicolores aliados en contra del pueblo. A festejar con mesura y a tener paciencia que el desastre de país no se arregla de la noche a la mañana…
“Día 5. El futuro presidente anunció que en su mandato no se pagará un centavo más al siniestro IRA (Instituto de Rescate al Ahorro) que en realidad ha sido una maquinación de los neoliberales para engordar los bolsillos de los banqueros privados. Pasó lo esperado: Cayó la Bolsa y se depreció la moneda frente al dólar de los americanos. Es el típico chantaje, el petate del muerto con el que nos quieren asustar los mismos que, al ver el inminente triunfo de los populares, hicieron apresuradamente sus maletas…
“Día 15. Los de siempre se la pasan asustando a la gente con cuentos de que García es comunista y se come crudos a los niños…
“Día 45. ¡Han pasado tantas cosas para llegar a este día de la toma de posesión de César Augusto García Tejedor! La jornada ha estado llena de buenos augurios: El Presidente, en un discurso emotivo y vibrante, sometió al Congreso –en el que, por desgracia, pululan todavía los reaccionarios- una iniciativa del ley que le daría, temporalmente, poderes especiales para afrontar la emergencia económica que han provocado los neoliberales; también propuso terminar con la ficticia autonomía del banco central y acusó al gobernador del banco, el tal Chávez, de haber boicoteado desde el día siguiente de las elecciones los planes del nuevo país de la esperanza… Por otra parte, ha tranquilizado a los empresarios nacionalistas que apoyan el proyecto de nuevo país: Nada de confiscaciones arbitrarias, todo en el marco de la ley –incluida, claro está, la ley de urgencia y necesidad que autorizaría al Ejecutivo a tomar medidas extremas pero necesarias sin pasar por el Congreso (¡esa olla de grillos azules y bicolores!)”.

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