Sunday, March 12, 2006

Capítulo VIII

El protagonista queda sorprendido tras escuchar al misimísimo caudillo García Tejedor. Se descubre por fin cuál es el misterioso trabajo de su hijo.


“Día 132 después de la victoria. De nuevo le pregunto a mi hijo Alberto sobre su flamante trabajo y, sorpresivamente, termina con el misterio: Me entrega una tarjeta de presentación con su nombre, donde se dice que es ‘Director de Promoción, región centro’ de algo que se llama ‘Proyecto de Regeneración Territorial, Sociedad Civil’.
“- ¿Qué es esto?
“- Algo muy interesante, ¿por qué no me acompañas el martes a una reunión de trabajo que presidirá nada menos que García Tejedor?, además de poder escucharlo se resolverán tus dudas.
“Día 134 después de la victoria. Un acto que reune a más de tres mil personas en el remodelado Teatro de la Nación y durante el cual sólo habla –por más de cinco horas - un solo orador (García Tejedor, desde luego) no es una reunión de trabajo, sino un mítin de información ¿y propaganda?
“Uno de los quince temas del orden del día de la reunión – a la que asitieron gobernadores y alcaldes del PEP, legisladores y militantes del mismo partido, así como una legión de funcionarios públicos, representantes vecinales y empresarios (mi hijo, ahora lo sé, caza en esa denominación)- fue el del proyecto de regeneración territorial. Me sorprendieron, sobre todo, algunas de las explicaciones y órdenes que dio sobre este asunto García Tejedor. Tras decir que el país requiere reorganizar su población y territorio de acuerdo al proyecto de la esperanza, el presidente exhortó a los presentes a sumarse sin descanso a esta misión clave. Dijo que todavía hay latifundios urbanos y rurales en el país que son expresión de ancestrales injusticias, aunque ahora se disfracen como desarrollos inmobilarios o establecimientos productivos. ‘La tierra sigue siendo la demanda más sentida de los pobres de este país. Ustedes, gobernadores y alcaldes, deben persuadir por la buena a los latifundistas de cada región a entregar la mayor parte de esas grandes extensiones de terreno. Si no aceptan, se atendrán a las consecuencias y les haremos auditorías fiscales, ambientales y laborales tras las cuales pueden perder todo. Por eso privilegiamos el diálogo y ustedes tienen que persuadir a los latifundistas, sobre todo a los embozados, mediante el diálogo. No hay petextos. Ya preparamos a una nueva generación de jueces ajenos a la podredumbre de los tribunales tradicionales, y concientizados (sic) en el proyecto de la esperanza, que nos ayudarán a que se haga justicia pronta y expedita’ . Así dijo García Tejedor.
“¿Y el trabajo de mi hijo? Es promover, precisamente, estas cesiones de tierras o, si se precisa, acelerar las expropiaciones. Lo chocante es que él no es parte de ninguna entidad gubernamental o judicial, sino de una supuesta organización no gubernamental. Debo decirlo: Tanto la forma como el fondo de esto me causan alarma”.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home